Jules Massenet: Thaïs

Jules Massenet: Thaïs

Sinopsis

Plácido Domingo, en su tesitura de barítono, y Ermonela Jaho, una de las sopranos más queridas por el público del Teatro Real, cerrarán la temporada lírica madrileña con la interpretación de Thäis, de Jules Massenet, en versión de concierto.

SINOPSIS

Basada en una historia que data del siglo X, la ópera de Jules Massenet bien puede resumirse en dos viajes en direcciones opuestas: el de Thaïs, cortesana que abandona su existencia pecaminosa para abrazar la religiosidad más intachable, y el de Athanaël, monje que la guía en su camino pero que cae inevitablemente bajo su embrujo. La severidad de la postura moralizante de Athanaël se ve suplantada sin remedio por un deseo carnal cuyo germen se adivina ya al inicio de la obra. El atractivo de lo prohibido se lleva por delante sus votos, pero a la vez es precisamente el proselitismo que hace de ellos lo que vuelve inalcanzable a la mujer que ama. El camino de Thaïs no admite una vuelta atrás; ella se ha consagrado a Dios.

Massenet compuso este papel para la célebre soprano Sybil Sanderson, quien había estrenado también, un lustro antes, Esclarmonde. La partitura, madura y sugerente, entreteje motivos castos y eróticos, conectándolos entre sí y subrayando con ello una historia inquietante e imposible.

Sinopsis

Plácido Domingo, en su tesitura de barítono, y Ermonela Jaho, una de las sopranos más queridas por el público del Teatro Real, cerrarán la temporada lírica madrileña con la interpretación de Thäis, de Jules Massenet, en versión de concierto.

SINOPSIS

Basada en una historia que data del siglo X, la ópera de Jules Massenet bien puede resumirse en dos viajes en direcciones opuestas: el de Thaïs, cortesana que abandona su existencia pecaminosa para abrazar la religiosidad más intachable, y el de Athanaël, monje que la guía en su camino pero que cae inevitablemente bajo su embrujo. La severidad de la postura moralizante de Athanaël se ve suplantada sin remedio por un deseo carnal cuyo germen se adivina ya al inicio de la obra. El atractivo de lo prohibido se lleva por delante sus votos, pero a la vez es precisamente el proselitismo que hace de ellos lo que vuelve inalcanzable a la mujer que ama. El camino de Thaïs no admite una vuelta atrás; ella se ha consagrado a Dios.

Massenet compuso este papel para la célebre soprano Sybil Sanderson, quien había estrenado también, un lustro antes, Esclarmonde. La partitura, madura y sugerente, entreteje motivos castos y eróticos, conectándolos entre sí y subrayando con ello una historia inquietante e imposible.

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