Mal Viaje al Conocimiento de uno mismo

Scratch

Scratch
02/04/2018

En Nave 73, teatro al que considero un referente en el Off madrileño, ves auténticas joyas como este Scratch. Javier Lara, que hace las veces de autor y director, toma otra vez un material quasi-autobiográfico, convierte una historia muy personal en algo universal que interesa y emociona a todos. Nos cuenta la historia que vivió su hermano en un momento en el que se sintió perdido y caminó por distintas sendas en la búsqueda de sí mismo. Fernando Delgado-Hierro interpreta con enorme verdad y fragilidad ese personaje en el momento más caótico de su vida. El protagonista transita por miles de situaciones y emociones donde se muestra cómo el personaje se aferra a la vida y lucha por superarse y encontrar su propio camino. Javier Lara, por su parte interpreta una multiplicidad de personajes dándoles a todos su toque de comedia que hace que esta obra te deje siempre con un sabor agridulce. Ambos actores están fantásticos y no imagino a otro que Fernando Delgado-Hierro para contarnos esta historia.

Una tríada de directores, Carlos Aladro, Carlota Gaviño e Íñigo Rodríguez-Claro montan esta obra para que te quite el aliento. La puesta en escena está estructurada de manera magistral. Todo lo que sucede encima del escenario, el sonido, la iluminación, todo, contribuye a crear esa sensación de mal viaje, de mareo, como cuando estás en una discoteca a las seis de la mañana y ya no ves ni oyes. Todo es confuso, todo luminoso. A ritmo de techno duro y con una proyección de las imágenes más psicodélicas que te puedas imaginar (siempre soy muy fan de que se le dé una vuelta de tuerca a Disney) se suceden las imágenes y las escenas como las ves en un sueño, bajo una cortina de humo y con una sensación de mareo. Realmente la iluminación y el sonido subrayan lo que vive el personaje y te introducen en la historia y en las vivencias del protagonista.

Con una concepción auténticamente rompedora y contemporánea Scratch se convierte en un auténtico viaje al interior de los personajes. Es realmente maravilloso ver como Javier Lara consigue tocar y emocionar al público con una historia tan personal y concreta, pero que nos habla a todos.

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