Alberto Ammann y Clara Méndez-Leite: «Estamos apostando por lo que queremos, poniendo el dinero en el amor y el esfuerzo en el arte»

José Antonio Alba

En este primer tramo de temporada hemos visto varias salas que se han reciclado, se han traspasado o se han transformado y más de uno se ha vuelto loco intentando ubicarlas en el plano teatral madrileño. Dos de esas salas son el Teatro de las Culturas y el Teatro de la Escuela, nombres que albergan dos espacios sobradamente conocidos por el público de la capital: Teatro del Arte y Espacio Labruc respectivamente. Dos espacios que tristemente cerraron sus puertas la temporada pasada y que por suerte, han sido rescatados por los actores Alberto Ammann y Clara Méndez-Leite que en un arrebato entre la locura y la heroicidad han decidido ponerse al frente de ambas salas para reanudar su actividad escénica. Con ellos hemos querido hablar para conocer cuál es el nuevo camino que emprenden ambos espacios bajo este nuevo nombre.

Teatro Madrid.- ¿Cómo fue la idea de haceros cargo de dos salas como Espacio Labruc y el Teatro del Arte?

Alberto Ammann.-  Al Teatro del Arte hacía tiempo que le habíamos echado el ojo, iniciamos conversaciones con los dueños, pero no estaba claro que fuera a darse y seguimos buscando espacios porque, para armar la escuela y empezar un año lectivo, no podíamos esperar. Nos enteramos que Espacio Labruc se traspasaba, nos encajaba perfectamente y empezamos el proyecto para la escuela. Desarrollándolo, me llaman los dueños para avisarme que efectivamente, los inquilinos que llevaban el Teatro del Arte iban a dejarlo y, claro, es de esos espacios que piensas “Ojalá pudiera tener un espacio así” y nos tiramos a la piscina y complementamos los dos proyectos.

TM.- Vuestra irrupción en el ámbito teatral madrileño ha sido toda una sorpresa.

Clara Méndez-Leite.- Hemos empezado cuando la temporada ya había comenzado, hemos ido casi sin prensa, con lo justo, y consiguiendo meter lo que hemos podido casi fuera de plazo. Ahora nos queda ponernos al día. Estamos funcionando desde un punto de vista creativo, con mucho amor a nuestra profesión y cuidando el espacio, pero también ha sido un hándicap aprender todo este trabajo que es tan diferente al que hacemos normalmente. El trabajo burocrático y de gestión lo estamos aprendiendo en el camino, nos está generando mucho esfuerzo.

AA.- Sí, mucho más del normal. Todo está hecho con mucha ilusión. No tenemos infraestructura ni capacidad económica como para decir “Esto se cierra, se hace todo y ya abrimos cuando esto esté listo”. Ha sido muy importante crear un equipo de gente que sea el más adecuado para este proyecto, que sea más una familia – Olaia Pazos se ha sumado a nosotros y está ayudándonos con la gestión y la programación- y por suerte estamos lográndolo. La política que tenemos es trabajar con la mayor justicia posible, todo dentro de la legalidad.

TM.- ¿El Teatro de la Escuela y Teatro de las Culturas tendrán líneas diferenciadas?

AA.- El Teatro de la Escuela es una sala donde se da clase y los fines de semana se transforma en una sala de exhibición.

CML.- La exhibición de teatro requiere, no solamente el tiempo de la función, si no el tiempo de preparación técnica, ensayos, por eso solo programamos los fines de semana, si no, no tendríamos espacio para dar cabida a la actividad de la escuela.

AA.- En el Teatro de las Culturas vamos a priorizar la programación de obras y compañías de España, queremos abrir las puertas a traer teatro de fuera, de Latinoamérica, incluso estuvimos hablando, a futuro, con gente del Soho Theatre, pero esto es para cuando vaya sosteniéndose. La idea es que el proyecto se estabilice y se sostenga como un espacio más en Madrid donde ver buena programación y trabajos que tengan un compromiso artístico.

CML.- Nos nutre mucho más porque, al ser distintos formatos, podemos ofrecer diferentes cosas con una misma línea. Podemos dar cabida al formato pequeño que tenemos en el Teatro de la Escuela o a un formato ya un poco más grande en el Teatro de las Culturas.

TM.- Si meterse a levantar una sala ya es una proeza, ¿cómo es aventurarse con dos?

AA.- Hay algo de locura. Nos las jugamos todas a este sueño y ya está. Todos los proyectos de salas de teatro son actos de amor por gente que está relacionada con la profesión, nadie monta una sala de teatro para hacer dinero. Uno impulsa un proyecto por pasión y amor.

CML.– En mi círculo, por edad, muchos amigos empiezan con la maternidad y es la primera vez que me siento identificada con esa imagen de alguien tan agotado y pudiendo estar tan feliz en ese agotamiento. Nos habíamos imaginado que iba a ser mucho trabajo y estábamos dispuestos, pero es muchísimo más ¡infinito! de lo que yo me había imaginado. Me decían: “No vas a dormir… Es muchísimo trabajo… Es una locura” Bueno, pues supera expectativas. Pero me veo llegando a casa, a las tantas de la noche, con una sonrisa que no me puedo quitar. Estoy apostando por lo que quiero en la vida, estoy poniendo el dinero en el amor, el esfuerzo en el arte. Es muy reconfortante. De ahí sale la fuerza.

TM.- ¿Habéis solicitado ayudas para poder ponerlo en pie?

CML.- No tenemos nada porque piden que, como empresa, esté funcionando la actividad desde hace tres años. Existía la posibilidad de traspasar las empresas anteriores para poder utilizarla en este sentido, pero nos volvimos a lanzar por el lado romántico de crear la empresa, de parirlo desde cero…

TM.- Espacio Labruc tuvo problemas para mantenerse por las licencias, ¿cómo habéis afrontado vosotros este asunto?

CML.- Nos lo encontramos en muy buenas condiciones, ellos se habían encargado de hacer un proyecto de arquitectura, modificarlo, llevarlo a cabo y nos encontramos con un espacio hecho con mucho cuidado y mucho amor. Los dos, Eva Caballero y Ángel Málaga, nos ayudaron muchísimo, son un encanto. Hoy por hoy siguen disponibles, cuando los necesitamos ahí están. Fue una faena lo que les pasó.

AA.- Nos ayudaron mucho, nos dejaron toda la documentación, nos la explicaron, se sentaron con nosotros y se veía en los papeles que lo iban haciendo todo con toda la buena intención, que no les saliera fue duro de ver. Cerraron por hartazgo burocrático.

TM.- ¿Cuáles son vuestras intenciones a corto plazo?

AA.- Conservar dos sitios que ya funcionaban como teatro, que sigan ofreciendo teatro y que ese teatro sea interesante, que tenga condiciones para que resulte interesante. Colaborar con las demás salas y hacer fuerza para que la gente valore el hecho de ir al teatro. Tiene que ver con que la gente se entere y se anime a venir, que se relacione con el espacio y sienta cierta sensación de pertenencia, que lo sienta como suyo.

CML.- Y también dar cabida a los formatos más pequeños.No porque sea un teatro pequeño o con pocos medios, o porque los actores no sean conocidos, es un mal teatro o un teatro amateur. Los teatros off tienen programación completamente profesional, hay gente muy profesional, con muchísima experiencia trabajando que no tiene cabida en espacios grandes o en el circuito oficial.

AA.- ¡Exacto! A mí me ha ido muy bien, pero conozco muchísimas actrices y actores de un talento extraordinario que no han tenido esa suerte, que siguen luchando y que viéndolos se te cae la boca, dices: “Qué maravilla de trabajo” y quieres que la gente vaya a verlo. De ahí es de donde nace que queramos montar un espacio, para dar voz a toda esa gente en la que confiamos y que queremos que vean.

TM.- ¿Cómo va a ser la programación? ¿Vais a tener un solo espectáculo? ¿Apostaréis por la multiprogramación?

AA.- Nosotros queremos cuidar a las compañías lo máximo posible, ver la manera de que no tengan que venir aquí a montar y desmontar, ponerles las cosas lo más fácil posible. Ahora arrancamos con Río Seguro de Carolina Román de jueves a domingo lo que queda del año. La idea es ampliar funciones martes y miércoles y estamos evaluando si habrá un infantil los fines de semana. La idea es que haya función de martes a domingo.

Texto José Antonio Alba.

Escrito por
José Antonio Alba
Artículos relacionados
Comentarios
Sé el primero en dejar tu comentario
¡Enlace copiado!