Cinco claves para construir ‘Casa de muñecas’ con Venezia Teatro.

José Antonio Alba

Han pasado cinco años desde que la compañía Venezia Teatro se fundara y se presentara con La Hostería de la posta en este mismo escenario del Fernán Gómez donde actualmente representan Casa de Muñecas de Ibsen. Ha pasado un lustro y cinco montajes –La hosteria de la posta, La isla de los esclavos, Los desvaríos del veraneo, Tartufo y, la actual, Casa de muñecas– con los que han consolidado un estilo de teatro de fuerte personalidad y atractivas puestas en escena con la intención de invitar al espectador de hoy en día a recuperar, descubrir y reflexionar sobre textos clásicos. Aprovechando estos cinco años, hemos querido desgranar esta nueva versión de Casa de muñecas en cinco claves para disfrutar de este viaje teatral que supone un cierre de ciclo para Venezia Teatro. Un ciclo que se inició con su propio y premonitorio primer portazo. La Hostería de la Posta curiosamente acababa con un portazo” José Gómez-Friha director y uno de los fundadores de la compañía nos lo recuerda.

UNA FUNCIÓN TRANSGRESORA

Casa de muñecas fue estrenada en el año 1879 y podría decirse que es la primera obra claramente feminista, mostrando a la mujer decidiendo su destino sin estar supeditada a la voluntad del hombre. “El texto de Ibsen marcaba un punto muy necesario, casi era un vaso que se desbordaba y que ha ayudado durante el S.XX a conseguir todo lo que hemos conseguido. El retomar este texto es más la necesidad de recordar, primero lo que hemos avanzado y segundo no olvidar que tenemos que seguir avanzando” comenta José Gómez-Friha sobre esta versión que ha pasado de estar ambientada en el S.XIX a los años 50 del siglo pasado. “Pensamos, ¿en qué momento se produce algo que para nuestra generación podría ser identificado como los arranques del feminismo?” comenta Pedro Villora como planteamiento sobre la ambientación del montaje “era importante que viéramos que todo lo que se ha conseguido hoy viene de nuestras madres, nuestras abuelas, que tuvieron la primera oportunidad real de hacerse cargo de sus vidas”.

UNA NUEVA MIRADA EN SU DRAMATURGIA

A partir del momento que se decidió que la función estuviera ambientada en los años 50, esta versión de Casa de muñecas dio un cambio en su dramaturgia. “Eso implica también un gran cambio en el lenguaje” un cambio que, como indica Villora, viene dado tras un profundo trabajo de investigación. “He hecho un texto completamente nuevo basándome en muchas traducciones y versiones, sigue la estructura de manera bastante fiel. El otro gran cambio, además del lenguaje, son las motivaciones de los personajes» En esta versión se han mantenido únicamente los cinco personajes principales de la función original para de esta manera enfatizar el conflicto central de la función. Cinco personajes que son interpretados por Mamen Camacho, Oriol Tarrasón, Andrés Requejo, Elsa González y Sergio Reques «No es una obra de buenos y malos, si no que todas las personas que están aquí son personas positivas, con ganas de hacer cosas y que se han equivocado en su vida. Era importante que fuera capaz de dotar de contenido a los deseos y también a las contradicciones de cada uno de ellos”.

LA IMPORTANCIA DE LA ESTÉTICA

Lo primero que va a ver el espectador al entrar en la Sala Jardiel Poncela del Fernán Gómez es un estallido fucsia y negro que invade la escena. Venezia Teatro siempre se ha caracterizado por desarrollar una cuidadísima estética que dé forma y carácter a cada una de sus propuestas, cada decisión en la puesta en escena lleva detrás una sesuda reflexión que suma cualidades al espectáculo y que cuenta parte de la historia con tan solo un vistazo. José Gómez-Friha nos desvela que en esta ocasión ha querido impregnarlo todo de fucsia porque “Nos remite a un mundo de fantasía al ‘Yo me genero mi entorno perfecto’, a ver la vida de color de rosa”  frente al negro del que su director, de quien parte la idea de la escenografía, nos cuenta queKandinsky hablaba del negro como un silencio. Me parecía un buen concepto enfrentar el rosa a ese silencio” Tonalidades que lo invaden todo, desde el propio espacio hasta los elementos escénicos y el vestuario creado por Paola De Diego, inspirado en la revolucionaria combinación que Chanel realizó de estos colores en sus diseños.

LA MÚSICA, CLAVE DE TODO

Es importante tener en cuenta que el espacio sonoro para esta versión de Casa de muñecas está creado e interpretado en directo por el actor Sergio Reques que da vida a Rank, un personaje que en esta versión adquiere relevancia frente al original y que en su conflicto es donde se apoya el sentido de la música del espectáculo. “Todos los sonidos están tratados desde el mundo de la poesía de Rank, él es el único que ejecuta música en escena para vincular al personaje poético con la música“. Un piano, con función multiusos, continuamente presente en escena y un clarinete son los instrumentos utilizados “La utilización del clarinete es atmosférica, no es melódica. El piano refuerza la dramaturgia, digamos que es un punto de partida para su destrucción o su salvación. El hecho de que después evolucionemos hacia una melodía más contemporánea con el ‘She’ es para dar la poesía, para dar un momento contrastado más contemporáneo entre los dos personajes principales.”

¿UN PORTAZO? ¿VARIOS? ¿NINGUNO?

Si por algo se identifica Casa de muñecas es por el famoso portazo de Nora al final de la función, toda una declaración de intenciones que marcó un antes y un después en muchos aspectos del teatro contemporáneo. Comenta Pedro Villora al respecto: Ibsen escribió dos finales distintos. Escribió el final que todos conocemos y para el estreno en Alemania hizo un final en el que Nora se quedaba. Les pasé la adaptación de este segundo final para que ellos pudieran trabajar sobre los momentos para los que Ibsen había pensado la obra y les he dejado la absoluta libertad para que reflexionasen en los ensayos sobre qué significa el portazo de Nora Un portazo que desde Venezia Teatro no quieren desvelar si tendrá lugar en esta nueva puesta en escena o no “Cuanto más remarquemos que el portazo de Nora es importante, más nos estamos perdiendo en que Ibsen está hablando de la sinceridad, de la verdad y del secreto. El portazo es una consecuencia. En la función se van dando muchos portazos, comienza con uno y es importante para que se vaya reflexionando, a lo largo de la función, de lo que es dar un portazo. El primero es casual, pero hay otros portazos, veremos a ver qué portazo da al final”

Texto y fotos José Antonio Alba

Escrito por
José Antonio Alba
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