Dando visibilidad a las personas transgénero desde los escenarios.

José Antonio Alba

“¿Por qué cuesta tanto ver a una persona transgénero como a alguien normal?”  Esta pregunta que lanza al aire Carolina Román, autora y directora de Juguetes rotos, función que ha colgado el cartel de “Entradas Agotadas” hasta su salida del Teatro Español, es la clave que resume el momento actual que se está viviendo en el teatro madrileño con respecto a este asunto.

Varios títulos son los que coinciden en nuestra cartelera dando visibilidad a un colectivo que normalmente no ha sido tratado en nuestro teatro y, cuando lo ha hecho, se ha optado por caricaturizarlo. Sin embargo, algo está cambiando. Actualmente, junto a la ya mencionada Juguetes Rotos, que hace un recorrido por la memoria y la lucha por la identidad de su protagonista desde los año 60 hasta el inicio de los 80; coincide en cartel con La Piel Escrita de Manel Bonany en Intemperie Teatro, monólogo cargado de poesía interpretado por Miriam Marcet y Ramitas en el pelo de Elisa Levi en El Umbral de Primavera, una mirada sobre el tema, con aromas lorquianos y a Guerra Civil, pero con la atemporalidad como seña de identidad sobre un asunto que afecta tanto al pasado como al presente y, por supuesto, al futuro.

Tres ejemplos a los que podríamos sumar la reciente visita al CDN de Voadora y su versión de Sueño de una noche de verano, Los años rápidos de Secun de la Rosa o la inclusión de personajes queer en títulos como Una vida americana de Lucía Carballal que actualmente se puede ver en el Teatro Galileo, o en la versión de Despertar de primavera que la compañía Teatro Praga traerá en unos días a Naves Matadero. Diferentes propuestas y miradas que pretenden abrir camino hacia la diversidad, buscando normalizar y dar visibilidad desde el escenario.

Desde Teatro Madrid invitamos a Carolina Román, responsable de Juguetes Rotos, Manel Dueso, director de La piel escrita y José Luis Valverde, actor de Ramitas en el pelo, para que nos hablaran de sus propuestas, de su forma de abordar dicha temática y realizar una reflexión sobre un asunto que va más allá de pertenecer a un colectivo aislado, hablando de la lucha diaria, interna y social, a la que se enfrentan muchas personas “por ser lo que uno quiere ser” como resume el propio José Luis.

UN APRENDIZAJE QUE PONER EN PRÁCTICA.

“¡Qué coincidencia! A veces hay una especie de información en el aire que madura a la vez” comenta entusiasmada Carolina Román  al comprobar la coincidencia de tantos títulos que dan voz a las personas transgénero; algo que a Manel Dueso le hace reflexionar, “Afortunadamente, al hablar de ello comenzamos a tener más consciencia y saber que es una opción más en la vida. La sociedad cada vez es más plural, cuantas más posibilidades tiene el individuo es cuando es más libre”. Aunque a veces el avance no sea tan evidente “A mí me dan un poco de miedo los gobiernos de ahora que por nada te enjuician y promueven la división, estamos en un retroceso un poco bestia. Avanzamos diez pasos, pero retrocedemos siete”.

Poner en escena títulos como estos  supone un aprendizaje incluso para los propios creadores que las llevan a las tablas “Me he preparado el personaje desde ese sentimiento tan fuerte de no pertenencia de tu cuerpo” Comenta José Luis Valverde, quien da vida a la mujer transexual núcleo de la acción de Ramitas en el pelo. “Yo misma estoy descubriendo ahora el género fluido, el género neutro, el intersexual… Todo lo que no es binario” dice Carolina, descubrimientos que ha comenzado a experimentar al adentrarse en el proceso de investigación, junto a Nacho Guerreros, para poner en pie Juguetes Rotos.

EN BUSCA DE UNA NORMALIDAD PLURAL.

En las tres obras se habla del rechazo y la discriminación que sufren las personas transgénero desde todos los ámbitos, la familia, el social o el laboral; una lucha constante por encontrar su espacio dentro de la normalidad. ”Me apetecía mucho contar esa parte en la que el personaje quiere tener su parcela de normalidad” nos dice Carolina “Siempre que se habla del transexual se tira por el mundo de la purpurina y la lentejuela. Hay gran parte que no aspira a eso; ni es su rollo, ni le interesa. Está bien poner luz en quienes tan sólo piensan en querer una casa, hijos, pareja o trabajo”. Algo en lo que coincide con Manel quien además nos habla de un caso concreto que conocieron mientras preparaban La piel escrita “Conocí a un chico trans, se estaba hormonando y ya comenzaba a tener su barba, cambiaba la voz, pero aún no se había operado y mantenía sus genitales femeninos, estaba en una diatriba porque quería operarse, pero antes quería tener un hijo y se estaba planteando parar el tratamiento para hacerlo. Me parece genial que el mundo pueda ser así de libre y abierto. No tenemos que tener miedo a esto, si esta persona es feliz así, ¿qué daño me hace a mí? Todo lo contrario, me hace feliz que pueda ejercer su libertad”.

MIEDO A ABRIR LA CAJA DE PANDORA.

Llegados a este punto, el tema de los miedos aflora. Un choque de temores que se traducen en lo que José Luis Valverde comenta “Lo que nos pasa es que no queremos aceptar, ni adaptarnos y darle normalidad, todo por el miedo a descubrir en nosotros algo parecido. A pensar: ‘Ay, dios, seguro que dentro de mí también hay cosas que cambiaría que no sean las establecidas’. El miedo a ser criticado, el caer en las redes del qué dirán”, algo en lo que coincide con Carolina Román “El miedo al diferente es un espejo y a lo mejor me habilita a abrir una caja de Pandora que no quiero y preguntarme de qué género me siento. Si nos dieran el espacio a preguntarnos, nacemos con un sexo biológico, pero ¿de qué género nos sentimos?.Si no nos metieran de cabeza en el mundo binario, sería un descubrimiento. El miedo al diferente es el miedo a hacernos la pregunta y permitir que otros se la hagan”

LA RESPONSABILIDAD DE CÓMO LLEVARLO A ESCENA.

Una manera de romper con esos miedos, de poder combatir la exclusión y lograr un paso hacia la diversidad es conseguir traducir toda esta problemática en historias y concienciar al público desde el escenario “Cuando contamos las cosas en el teatro, tenemos que explicarlas mucho más allá de lo intelectual. Trazar una línea con el espectador desde las tripas, desde el corazón, que nos entendamos desde un lugar emocional. Ahí es dónde nos vamos a conocer, en el tú a tú, mirándonos a los ojos, conociendo nuestras capacidades de entender, de compartir, independientemente de cómo sea cada uno”  comenta Manel Dueso acerca del trabajo que han desarrollado con La piel escrita “No queremos hacer un texto de puño arriba, panfletario, reivindicativo. Creemos que el propio teatro, en la propia poesía, está la reivindicación implícita”.

“Para entender el ahora hay que ir al antes” y eso es lo que ha hecho Carolina Román con Juguetes Rotos “es una historia costumbrista. Un chico de pueblo que va a la ciudad. Sí, tiene el tema trans, pero realmente el tema que trata es el ser diferente, independientemente de lo que sea que te haga diferente” y remata con orgullo “El colectivo me devolvió algo muy bonito que es que, por fin, veían la verdad sobre ellos en el teatro, no solo la parte mártir o de purpurina”.

Y todo ello para llevar al espectador un mensaje lleno de sencillez como el de Ramitas en el pelo: “Sé quién quieras ser”, tal y como lo concluye José Luis Valverde “Eso es lo que queremos contar con la obra”.

                                                    A la memoria de Ekai y todas las víctimas de la intolerancia.

Texto José Antonio Alba

Fotos Genia Badano, Marina Montes y José Antonio Alba

Escrito por
José Antonio Alba
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