Los grandes musicales dominan Madrid.

José Antonio Alba

Esta temporada que termina ha significado un nuevo escalón en cuanto al teatro musical. Los espectáculos que hemos podido ver han superado con creces las expectativas de los aficionados al género, incluso nos han dejado algún nuevo vecino con intención de quedarse a vivir en Madrid durante mucho tiempo.

Tal es el caso de Billy Elliot, sin duda el gran pelotazo del año. Un espectáculo que cuando se anunció generó bastantes dudas en los aficionados: Una partitura totalmente desconocida, sí, con Elton John firmando las canciones, pero desconocida para el gran público; la temática nos resulta algo lejana, está basada en la crisis minera que hubo en el Reino Unido en los años 80, pero lo que más preocupaba era que la producción se apoya principalmente en un elenco infantil, ¿en España tenemos una cantera de artistas multidisciplinares como la que exige este espectáculo? ¡Pues sí! Y si no la había, se ha creado para la ocasión y eso es un punto muy a favor que seguro nos beneficiará en el futuro. Así que SOM, productora que lo ha puesta sobre las tablas del Nuevo Teatro Alcalá, se ha llevado el gato al agua y nos ha cerrado felizmente la boca a los más escépticos. Calidad y solidez tanto en las voces como en las interpretaciones y una puesta en escena impecable.

En Octubre SOM hará que la partitura de Leonard Bernstein y Stephen Sondheim y las coreografías de Jerome Robbins vuelvan a Madrid con West Side Story que regresa a nuestros escenarios. Las rencillas entre los Jets y los Sharks y el amor trágico entre María y Tony, Talia del Val, Les Miserables o La Bella y la Bestia, y Javier Ariano, recién salido de La Joven Compañía, cantera que este año va a darnos muchas alegrías fuera de sus filas, harán saltar chispas de emoción devolviendo el aroma a musical clásico al panorama teatral madrileño.

Esteve Ferrer nos sorprendía con el musical inspirado en La familia Addams. La estupenda puesta en escena y el divertidísimo elenco nos hicieron disfrutar como niños siniestros de esta gamberrada, y sigue haciéndolo en su gira nacional. Ahora, visto que la cosa del humor pasado de vueltas con toques góticos es bien recibido, Ferrer y la productora LETSGO han querido picar aún más alto y nos traen la versión musical de El jovencito Frankenstein. Estamos seguros que el rollo histriónico de Mel Brooks será como un traje hecho a medida para el director catalán. Poco a poco nos van lanzando caramelitos, presentando su elenco con cuenta gotas, generando expectativas y abonando el terreno hasta el 13 de noviembre que se levante el telón en el Teatro de la Luz Phillips Gran Vía. Teatro en el que antes podremos volver sobre un musical que regresa a Madrid para cerrar su gira: Dirty Dancing, que tras un accidentado comienzo, ha logrado alcanzar las 600 representaciones y una extensa gira.

Quizá Stage Entertainment, productora dueña y señora en cuanto al género musical en nuestro país, ahí sigue El Rey León dominando el top de ventas y convertido en un reclamo turístico más de Madrid, esta temporada se haya visto algo eclipsada. El estreno de El Guardaespaldas, a pesar de su magnífica factura, una puesta en escena potente, casi de macro concierto, y voces tan prodigiosas como la de Fela Domínguez, no han sido suficientes para lograr dejarnos el gusto a súper éxito, quizá una dirección de actores más sólida hubiera cambiado la cosa. Ojalá la nueva apuesta, Anastasia, estreno absoluto en Europa, cuente con ella para que la carga dramática de la historia, los hits con los que cuenta y la solvencia de un elenco que bebe de los repartos del resto de musicales que hemos visto en la temporada, Jana Gómez (Casi Normales), Íñigo Etayo (La familia Addams), Angels Jiménez (Nine) o Silvia Luchetti (Casi Normales) brillen como todos deseamos. Aunque, eso sí, nadie puede negarle el estupendo éxito de público del que ha gozado durante los 10 meses de representaciones, los encuentros con el público y la llegada, al fin, de las Lottery Tickets a nuestro país.

Algo que no logró una producción tan sólida como Casi Normales, que no llegó a cuajar en la cartelera madrileña. Quizá aún nos quede un tiempo para aceptar encontrar en un espectáculo musical la complejidad y la crudeza de una historia como la que aquí se trataba. Una lástima porque el reparto, la partitura, el libreto y la puesta en escena poseían todos los elementos para ser uno de los musicales del año. Al menos nos quedamos con la esperanza de saber que hay productoras que, saliéndose de las grandes franquicias, buscan su hueco entre los aficionados al musical, algo a lo que Silvia Marsó con su espectáculo 24 horas en la vida de una mujer también quiso contribuir y que parece que no le fue del todo mal, una prórroga en La Abadía y el regreso meses después al Teatro Infanta Isabel así lo demuestran.

En esta temporada que se viene llegan dos grandes musicales de creación propia. Uno de ellos con intenciones de echar raíces en Madrid: El Médico, basada en el best seller de Noah Gordon, quien además avala el espectáculo del que ya hemos podido disfrutar en su versión sinfónica, y cuya puesta en escena aterrizará en otoño en el Teatro Nuevo Apolo. Una mega producción que estos días está grabando en Londres y que acaba de presentar su elenco al completo. Una propuesta que, tal como dijeron en la presentación, viene a sumar y no a competir con el resto de musicales que se van a dar cita a partir de septiembre.

Lo mismo sucede con un absoluto desconocido que viene en una temporada repleta de propuestas de mil colores y sabores: 33 el musical. Una nueva vuelta de tuerca a la historia de los tres últimos años de Jesucristo. Un mastodóntico espacio en IFEMA que se construirá expresamente para la ocasión, dará hogar a este musical de gran formato creado y dirigido por Toño Casado, sacerdote autor de la banda sonora de la película La Llamada, y que cuenta con la dirección musical de Julio Awad. Una ambiciosa apuesta que viene con ansias de llevarse un pedazo del pastel musicalero.

Ojalá tanto ruido generado alrededor de estas dos producciones de factura nacional no desemboque en nuevos casos como El Último Jinete. Es el momento de sacar a la luz espectáculos de producción propia de gran formato que muestren el músculo que hemos ido desarrollando a lo largo de años de ir ganando en calidad y potencial, a todos los niveles.

¡Agárrense a sus butacas que la temporada de musicales se presenta de lo más suculenta!

Texto José Antonio Alba

Fotos Javier Naval y José Antonio Alba

Escrito por
José Antonio Alba
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