Santi Senso: «Jamás nada ni nadie me va a aniquilar mi deseo de parir”.

José Antonio Alba

El nuevo Acto Íntimo que Santi Senso ha creado lleva por título Parir, volver al vientre. Una experiencia que como suele pasar con las propuestas de este actor extremeño, no dejan indiferente a nadie; a los que asisten porque supone un ejercicio lleno de intensidad emocional y a los que no por el miedo a lo que pueden encontrarse.

Desde Teatro Madrid quisimos charlar con Santi. Un encuentro donde uno descubre que con Santi Senso todo está abierto a lo que ofrezca ese mismo instante.

LA EXISTENCIA DEL META-PARTO.

Este nuevo Acto Íntimo, según Santi Senso, se fraguó en un viaje a México, donde pudo asistir al rito del Temazcal, una especie de ceremonia que practican los indígenas mejicanos en el que se realiza un viaje de vuelta al vientre “La familia indígena de los Otomíes decía que hay que volver al vientre, justamente el subtítulo de mi Acto Íntimo, para morir y volver a nacer” nos comenta Santi sobre esta experiencia “Siempre se gestan cosas cuando voy por Latinoamérica porque me gusta estar con indígenas”.

Teatro Madrid.- ¿Qué significado tiene para ti este regreso al vientre?

Santi Senso.- El volver al vientre es como una remembranza de volver a uno mismo y yo me voy a parir a mí mismo. Voy a hacer un parto dentro de un parto. Eso es lo interesante de este Acto Íntimo, va a ser un meta-parto y voy a invitar a los valientes y valientas a viajar a su propio vientre. No sé lo que va a pasar porque yo no ensayo.

TM.- ¿Nunca ensayas? ¿Siempre estás abierto a lo que surja en ese momento?

SS.- Siempre digo que nadie puede improvisar sobre una emoción. Es decir, yo no puedo estar ahora pensando y proyectándome a ese futuro incierto y diciendo “voy a improvisar que estoy triste” si a lo mejor no voy a estar triste en todo el Acto íntimo. Y mientras está sucediendo el Acto Íntimo, si estoy triste, no lo estoy improvisando.

UN DESEO CONFLICTIVO.

Nos cuenta Santi que el eje de este Acto Íntimo es “El deseo de parir” algo que siempre ha deseado y que le ha generado cierto conflicto con las mujeres de su entorno.

“Una vez mi ex mujer me dijo que no me pertenecía parir, que qué era eso de que yo ahora quisiera parir. Que eso no le pertenece a los hombres, que solo le pertenece a las mujeres. Pero yo quiero compartir mi deseo, quiero abrir esos círculos de mujeres para entenderlas y entenderme. No puedo parir, ya lo sé, en la obra realmente comparto mi deseo por parir, mi frustración por no poder parir, el dolor que me provoca esa frustración, y la aceptación, pero jamás nada ni nadie me va a aniquilar mi deseo de parir”. Y para ello Santi se ha rodeado de 11 mujeres de diferentes nacionalidades que compartirán su experiencia “Necesito de esas vivencias, de esos sabores, de ese olor, de ese rechazo, de esa ilusión que ellas tienen por parir y lo que vivieron en el parto. Quiero sentir ese dolor, ese amor, ese desgarro, esa cosa animal, visceral, de que sus caderas se abran para este acto de dar vida. Eso es lo que deseo”; algo que algunas de ellas no parecieron entender en un principio “muchas de ellas el primer día me increparon diciendo “Tú no tienes ovarios, tú no tienes útero” y dije “si no los tengo, me los voy a crear”, entonces me planteé cuáles eran los atributos que tiene que tener un hombre para desear. Realmente no quiero hablar de feminismo, yo quiero abrir ese círculo para que trascienda el género”.

TM.- Realmente tú hablas de “Deseo” y ese concepto no debería entender de géneros, ¿no?

SS.- Hay mujeres que no entienden que lo pueda desear. Bastante tengo yo con mi dolor y mi frustración, y es muy bonito.

A mí me encanta mi cuerpo, soy hombre y he aceptado muchas cosas de mi cuerpo, ahora tengo que aceptar que no puedo parir. Yo no me quiero hacer un cambio de género porque no me va a dar el poder parir. No es que quiera ser mujer, me gusta ser hombre, yo lo que siempre he deseado es parir.

Emocionalmente estoy preparado, mi cuerpo está preparado porque además tengo cuerpo de mujer. Fui gestado por mis padres deseando que fuera una mujer y tanto lo desearon que les nací un poco mujer. Tenía acciones en mi casa, en el barrio, en el colegio, que eran de mujer. No me vestía de mujer, no era amanerado, pero sí que tenía pensamientos y actitudes y ahora se reafirma eso. Tanto lo desearon que me metieron esta cosa del deseo de parir.

UN TEATRO, UN EMBARAZO DIBUJADO Y UN ÚTERO.

Desde ahí Santi Senso ha ideado todo un itinerario en el que gran parte de las instalaciones de La Puerta Estrecha se utilizarán para que los asistentes a Parir, volver al vientre, tengan la posibilidad de realizar este viaje que Santi Senso les propone.

“Va a ser un viaje muy lindo. En el hall de La Puerta Estrecha va a haber una exposición de una veintena de artistas, de pintores e ilustradores. Como voy a invitar a entrar en mi vientre, necesito que lo vean. Me están embarazando y los espectadores, viajeros y familiares de este parto, me van a ver embarazado, así no entrarán con el prejuicio de que es imposible. Lo quería hacer con pintores para reflejar la plasticidad. Quería que los artistas moldearan mi vientre según mi cuerpo. Me parece muy interesante que esa sea la manera de invitarles y compartir esta necesidad de entrar en mi propio vientre para parirme.”

Santi nos muestra fotos del diseño de vestuario, creación de Fede Pouso, de este Acto Íntimo donde se mezclan influencias de varios lugares que lo han inspirado, al igual que la música de Santiago Córdoba.

“La música es muy popular, entre lo extremeño, lo portugués y lo latinoamericano, al igual que el vestuario, basado en mi procedencia extremeña, la cercanía con Portugal, con los pañuelos de mil colores, y Latinoamérica con los pantalones de gaucho y los cinturones de los indígenas. E incluso una señora en Portugal, Joana Leal de Elvas, me ha hecho un útero. Le conté y me dijo que ella me iba a hacer el útero. “Nunca vas a poder parir, pero ¿qué te puedo hacer yo para que tengas eso?”. ¡Es increíble! ¡Una señora octogenaria que trabaja con ganchillo me ha creado un útero con unas enaguas que eran de su bisabuela y punto y crochet!”.

EL PÚBLICO, LOS VALIENTES Y VALIENTAS.

Es inevitable hablar sobre el público en un Acto Íntimo de Santi Senso, él los denomina “Valientes y Valientas” porque “Yo acepto que a mis obras le da miedo venir a la gente, a no ser que sea un festival  y aun así les da miedo ir.  Incluso los propios actores que participan no se atreven a convocar a su gente porque les da miedo esa exposición, pero no pasa nada, es maravilloso. Para el teatro es una putada y para nosotros también porque no ganamos tanto dinero, lo sé, pero yo feliz”.

Sin embargo, es cierto que Santi Senso cuenta con adeptos que se recorren muchos kilómetros para vivir cualquiera de sus Actos Íntimos “Porque el Acto Íntimo les hace participes. Esto no lo hago solo, el propio espectador se siente parte de la dramaturgia y muchos repiten y traen gente”.

Otro de los aspectos que uno puedo dejar fuera de una conversación con Santi es la provocación en sus espectáculos, el contacto directo con el público, la interacción, aunque Santi lo ve desde otro ángulo “Yo no provoco, yo respondo a los actos de provocación del público, esas personas que no me miran o que lloran, son actos de provocación muy fuertes desde un inconsciente y a mí una lágrima me provoca que le cante, por ejemplo, una nana. Mis hermanos no han venido a verme, uno vino una vez y otro nunca, porque cuento muchas cosas de mi familia. Mis padres sí, les encanta, y a veces incluso hablan o cantan;  o mi abuela cuando vivía,  me acuerdo una vez en una obra me fui a ella, estaba desnudo y los labios pintados y en vez de decirme que qué hacía desnudo, sacó de su rebequita un pañuelo, chupó el pañuelo para quitarme el pintalabios y me encantó, fue curioso cómo se tienen prejuicios por unas cosas, pero por otras no”.

Quien vaya a ver Parir, volver al vientre, debe saber que tras la función siempre hay un encuentro con el público en el que Santi conversa sobre lo experimentado “Nos quedamos para ver qué ha pasado, sobre todo para saber si he violado porque yo soy muy invasivo y lo acepto, intento no violar, por eso abro este encuentro. Es una cosa muy natural, empezamos a hablar y pueden ser 10 minutos como dos horas o nos vamos a cenar, incluso puedo quedar a los días, a las semanas para hablar y escuchar. Yo creo que es necesario para no crear una sensación de verdad absoluta, yo no tengo la verdad absoluta”.

Texto José Antonio Alba

Fotos Pelayo Zurrón

Escrito por
José Antonio Alba
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