«El tiempo nos ha hecho ver que ‘Cabaré de Caricia y Puntapié’ es de lo mejor que hemos hecho»

José Antonio Alba

Sentados en el café que hay junto al Teatro Fernán Gómez están Carmen Barrantes, Jorge Usón, Y Alberto Castrillo-Ferrer, actores y director, respectivamente, y responsables de poner en pie hace ya 10 años Cabaré de Caricia y Puntapié, un espectáculo que enamoró a cuantos nos dejamos llevar por su humor desprejuiciado y que es una pequeña joya que ha dejado huella en la memoria de nuestro teatro más reciente, razón por la que hoy lo reestrenan. Eso sí, por tiempo limitado.

Los tres hablan sobre este regreso, una década después, intentando que prevalezca el mismo espíritu de entonces, para ello han querido mantener los mismos elementos que ya formaban parte del vestuario y del atrezzo. “Tenemos unas manías con este espectáculo, como con ninguno” confiesan “De hecho las cosas se están rompiendo. Claro, después de 10 años y bastantes funciones… Pero no las queremos cambiar. No por racanería, es puro fetichismo. Hay un vestuario maravilloso. Una boa parisina, zapatos de tango de Buenos Aires…” dice Jorge Usón mostrándonos los zapatos atados con unos cordones muy gastados. “Mientras el hedor no espante al público…” bromea Carmen Barrantes que acaba de regresar de mostrar La Extinta Poética de La Zaranda en Colombia. “Pero es verdad que son especiales“ añade Alberto Castrillo-Ferrer.

Solo hay que oírles hablar y la sonrisa que se les dibuja en la cara para darse cuenta de cuán especial es este regreso para ellos.

Teatro Madrid.- ¿Cómo ha sido esto de retomar funciones para celebrar el 10º aniversario?

Jorge Usón.- Yo creo que es un acto de reencuentro importante, de homenaje y agradecimiento a un espectáculo que nos puso a los tres en un lugar precioso. Un punto de inflexión en nuestras carreras que nos hizo ver a qué nos queríamos dedicar. También es un acto de agradecimiento al público y a la familia que hemos hecho del Cabaré, porque se han acercado, han venido a muchas funciones, nos han hecho sugerencias, nos han prestado cosas, han contribuido y han ayudado a que esto siga adelante. También creo que es una fiesta del teatro. Con toda la humildad, si las opciones son hacerlo o no hacerlo, ¡mejor hacerlo!

Alberto Castrillo-Ferrer.- En cuanto Carmen me lo comentó, enseguida dije “¡Qué gran idea!”, ha sido un encuentro maravilloso. A veces, cuando estás haciendo las cosas, no te das cuenta de lo que tienes entre manos. Sí te das cuenta por la reacción del público, pero el tiempo nos ha hecho ver que es de lo mejor que hemos hecho. A parte, no pide pan, son ellos dos y lo van a tener toda la vida, lo van a poder hacer siempre que quieran, y puedan. Es un espectáculo muy sostenible y una escenografía que cabe en un trastero.

Carmen Barrantes.- Me di cuenta que se hacían los diez años y era el cerrar un ciclo… que lo mismo luego se abre por otro lado… La primera vez que vine a Madrid, venía de acabar la escuela y me di cuenta que hacer teatro era imposible, era un muro de hormigón infranqueable, era más fácil hacer un casting para televisión que hacer teatro y este espectáculo fue el que rompió ese muro de hormigón. Se abrió una puerta, una grieta, y nos colamos. Para mí eso lo hizo el Cabaré, lo hicimos nosotros tres y bueno, que luego nos lleváramos un MAX, eso fue… ¡Buah! Pero lo más importante fue el estrenarlo y hacerlo.

ACF.- Vamos, ¡que nos hacía falta poca excusa para beber agua!

TM.- ¿Había muchas peticiones para que regresarais con el Cabaré?

CB.- Sí, la gente siempre nos preguntaba “¿Cuándo lo vais a hacer?”. Bueno, pues ya está, ya lo hemos hecho, ahora ¡hay que llenar!.

Da un poco de vértigo la expectativa de la gente que ha oído hablar y que no lo ha visto, porque pienso “¿Qué se pensarán que van a ver?”, pero luego es verdad que estábamos en el ensayo, haciéndolo y vuelves a confiar y vuelves a pensar “Es que es muy buen espectáculo” .

TM.- ¿Qué es lo que diríais sobre Cabaré de Caricia y Puntapié a ese público que os verá por primera vez ?

JU.- Se van a encontrar un musical de pequeño formato con un estilo propio, lleno de humor, pero con su carga de profundidad con 10 canciones de Boris Vian. Un recorrido por canciones de entreguerras, desde el chachachá al tango, o del swing al bolero. Es una joya del teatro, del clown, del cabaré y de la música. Quizá suene muy pretencioso dicho así, pero así lo creemos, si no, no lo repetiríamos y no lo llevaríamos como algo que nos eligió a nosotros.

TM.- Un espectáculo que os eligió y que ahora homenajeáis, pero han pasado 10 años, vuestras carreras han crecido, han evolucionado, ¿desde dónde retomáis ahora el Cabaré?

JU.- Ha sido muy llamativo que después de tres años, no ha habido ni que repasar el texto. De hecho no tenemos un texto, está hecho en base a nuestras improvisaciones. Digamos que la boca iba sola, el texto ya está en nosotros, estos personajes ya viven con nosotros y nos hemos dado cuenta que ha sido un ejercicio de estar un poco relajados y disponibles para que vuelvan a salir.

Pero somos actores distintos. Los tres somos mejores porque llevamos más tiempo, tenemos más oficio, además hemos llevado carreras muy congruentes con lo que siempre quisimos y nos hemos expandido, no nos hemos viciado, porque aunque el cabaré apunta a lo mismo, tiene un peso mayor. ¡Y sigue siendo igual de gracioso! Seguimos teniendo que parar algunos ensayos.

ACF.- Yo que lo veo desde fuera, puedo decir que lo que se aprecia mucho es la predisposición y las ganas de jugar. Es lo que tuvimos en este cabaré, que nos atrevíamos con todo y eso lo siguen teniendo, que es lo bueno. Quizá porque siguen confiando hasta en los chistes más naif, porque si lo haces a medias no funciona. Ha pasado unos años, pero las ganas y el juego son las mismas, no venir de vuelta. Muchos actores al pasar el tiempo comienzan con el “Bueno, es que yo…” y ellos no, ellos tiran para adelante.

En este momento de la charla les pregunto si ha habido algún cambio y responden con frases cortas “Alguna cosita” o “algunas letras”, también nos dicen que han acortado tiempos en algunos momentos, pero enseguida salta la sorpresa. Alberto Castrillo-Ferrer se sonríe y confiesa “Y… hay una novedad un poquito…”

Jorge Usón.- (Mirando nervioso) ¡Calla!

ACF.- Pero la hay… un momento más subidito de tono.

JU.- Sí, ¡va a haber carne!

CB.- (Riendo) ¡No me acordaba!

JU.- Yo no me lo quito de la cabeza.

Con las risas y la incertidumbre por ese momento que nos va a sorprender a todos, los que ya hemos visto la función como los nuevos espectadores, retomamos el tema de la evolución del espectáculo.

JU.- También hemos añadido algún chiste.

CB.- Es que tenemos la actualidad hirviendo.

JU.- En ese sentido, la actualidad da gusto porque te lo escribe sola.

CB.- ¡Ahora tenemos casi demasiado!

JU.- Las propias canciones de Boris Vian, siendo las mismas, tienen por momentos otro sabor en muchas cosas. Un genio da buena cuenta de eso porque nos permite imaginar y traerlo completamente a la actualidad. Yo creo que eso va a ser inagotable. ¡Boris Vian para siempre!

TM.- Muchos descubrimos a Boris Vian gracias a Cabaré de Caricia y Puntapié.

ACF.- Parece mentira, pero Boris Vian es un tipo que está en la cultura francesa y, sin embargo, aquí es totalmente desconocido, sobre todo el tema de las canciones, que sean tan populares, que sean tan divertidas, tan irónicas, eso la gente no lo sabe, no lo conoce tanto. Es un país vecino y no lo conocemos, ni ellos a nosotros.

TM.- Los escenarios que van a disfrutar de este aniversario son Madrid, Zaragoza y Huesca, ¿no?

CB.- Sí, Madrid porque es donde estamos y donde se abrió la grieta. Zaragoza porque es nuestra casa y Huesca porque es mi pueblo y se estrenó allí. Lo vamos a hacer en el mismo sitio en el que se estrenó, una sala de unas doscientas y pico butacas, muy chiquitita.

Siempre recuerdo el estreno; ni sabíamos lo que estábamos haciendo, terminamos y toda la sala se levantó aplaudiendo como locos, nos dejaron sin palabras.

ACF.- Cuando haces una creación colectiva estás acojonado hasta el último momento. Si haces un Rey Lear sabes que por lo menos hay algo bueno, que es el texto, pero aquí no teníamos nada, evidentemente teníamos muchas cosas, sí, la canciones que eran graciosas… pero no sabíamos a dónde iba. Cuando el espectáculo nació se hacían cosas de otro estilo, la palabra Cabaré, cuando nosotros la utilizamos era antigua, sonaba un poco a revista, pero no había este gusto por el cabaré que ha habido después. La profesión estaba muy alucinada porque les había gustado, pero no sabían cómo juzgarlo porque no tenían con qué compararlo.

TM.- Pero ahí está la gracia, ¿no? Poder ver un espectáculo que no tengas con qué comparar, que te impacte.

JU.- Fíjate que nos criticaron hasta el título: Cabaré de Caricia y Puntapié y yo creo que es un acierto maravilloso porque es un título inaudito, parece algo medio infantil, pero luego no lo es y recoge muy bien lo que es este espectáculo. Quizá no está cargado de la sexualidad del cabaret berlinés, pero tenemos nuestras medias de rejilla, nuestras pestañas, el tacón, travestismo por un tubo. Yo creo que el teatro lo quiso, nos eligió para esto. Había que quitarse de en medio y dejar que apareciera Boris Vian.

Texto José Antonio Alba

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José Antonio Alba
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