Virginia Riezu: «Me gusta mucho mostrar el lado perdedor de las cosas»

José Antonio Alba

Virginia Riezu actualmente se encuentra en los Teatros Luchana con su espectáculo Para ser mujer eres bastante graciosa, con el que quiere dejar claro de una vez por todas que el género del Stand Up no es solo cosa de hombres ¡Ni mucho menos! Hay todo un mundo femenino del que sacar partido y ella ha llegado para dejárnoslo claro a golpe de carcajada.

Teatro Madrid.- ¿Quién es Virginia Riezu?

Virginia Riezu.- Soy una actriz, cómica e improvisadora de San Jorge, un barrio obrero de Pamplona donde es muy raro dedicarse a cualquier cosa que tenga relación con la interpretación y que, por el momento, ha conseguido dedicarse a esto.

TM.- ¿Qué Virginia fue primero? ¿La Virginia actriz o la cómica?

VR.- Primero fue la Virginia actriz, en la escuela navarra de teatro, pero enseguida llegó la cómica, que ganó un concurso y de repente se encontró en el Club de la Comedia. Ahí dije: “¡Qué fácil es esto!”, luego llegué a Madrid y… Saber VivirQuién quiera saber porqué hace referencia a este programa que no se pierda Para ser mujer eres bastante graciosa, ¡es toda una anécdota!- Poco a poco lo dejé por mis miedos, pero hace cuatro años y medio decidí volver porque tenía una espina clavada. Estaba tan harta de que me dijeran que no, que dije “no me va a volver a decir nadie que no voy a volver a trabajar”. El límite lo tienes tú. Y con esto nadie me lo puede decir, ¡hasta donde yo llegue!

TM.- ¿Los textos son tuyos?

VR.- Sí,  son míos, el Stand Up te lo exige. Es así y cuanto más tuyo, cuanto más saques esas cosas que nunca te atreves a decir, tus miserias y tus mierdas, el público más lo aprecia. Muchas veces me sorprendo cuando cuentas algo que dices “Qué vergüenza, esto no lo va a entender nadie” y… ¡sí! Lo entienden y es lo que más gracia les hace.

TM.- ¿Cuál es tu sello personal como cómica?

VR.- Alguna vez me han dicho que soy entre tierna e irreverente. Me gustaría ser más irreverente que tierna. Me gusta mucho mostrar el lado perdedor de las cosas, ahí encuentro la mina de mi comedia. Ese rollo de mostrar mi casa, salir despeinada… yo creo que a las cómicas nos falta ese rollo. Ahí hay una baza por explotar. El rollo perdedor los hombres lo lleváis mejor que las mujeres.

TM.- ¿Hay mucho machismo en el mundo del monólogo?

VR.- El circuito es muy masculino, el público es muy masculino y los programadores los buscan más a ellos. Todo se va retroalimentando, creen que el público no va a venir a verlo, entonces no lo programan y, como no lo programan, el público no viene y pensamos que no les gusta, pero es porque no está acostumbrado a verlo. Yo siento la responsabilidad de tener que hacerlo.

Hay un mundo femenino, una visión que hay que sacar. Necesitamos referentes. Igual que en el feminismo se han ido conquistando cotas, nosotras también tenemos que conquistar territorios. Necesitamos gritarlos y reírnos de esos corsés vergonzosos que nos han impuesto. Se agradece mucho cuando veo a otras cómicas en Netflix contar todo ese material y dices “¡Qué gusto! ¡Pues me voy a atrever yo también!”. Estamos creciendo cada vez más en nuestros textos y en nuestro compromiso con la comedia diciendo “¡Exponte y príngate!”.

TM.- ¿Hay mucha diferencia entre llevar un espectáculo como Para Ser Mujer Eres Bastante Graciosa a teatros o a otros espacios?

VR.- He flipado mucho con la autoproducción. En teatro yo nunca me había producido una obra. Tienes que estar viendo todo lo que necesitas, prensa, técnicos, aprovechar todo lo que tienes al 100%. La parte de los bares es muy complicada de afrontar, con el cara a cara, pero mucho más fácil de gestionar.

TM.- ¿Ha costado mucho llevar este espectáculo al teatro?

VR.- Tuve mes y medio de preproducción. El texto lo tenía prácticamente hecho, solo había que adaptarlo al espacio. Los ensayos no son como en teatro, el texto lo vas probando, y tú te vas probando, a base de bolos y lo vas retocando.

Ahora estoy investigando cómo teatralizarlo más sin que deje de ser Stand Up, mucha gente me da ideas para poner cosas, elementos y tal, pero el arte del Stand Up es no tener a penas nada en escena como recurso.

TM.- ¿Qué te aporta a ti la comedia de producción propia, el Stand Up?

VR.- He encontrado ahí una forma de expresarme. Me encanta la ficción, el teatro. Que me dirijan ¡me flipa! No puedes ni imaginar la ilusión que me hace un texto que no he escrito yo, pero por otro lado, el Stand Up te da la oportunidad de decir cosas, pensamientos, reflexiones, para los que los actores a veces no encontramos el medio porque normalmente somos marionetas o instrumentos de otros. Lo que me gusta es que tú eres tú y vas hasta donde tú puedes, no hay trampa ni cartón, se ríen o no se ríen… Además no hay directores de casting, no hay productoras, no hay canales, no hay nadie que te frene y eso da un gusto… Romper esta barrera de los followers, los físicos, de las edades… todos queremos trabajar en el medio y ganarnos la vida y demostrar que puedes por otros caminos. ¡Y demostrártelo a ti, a la vez que se lo demuestras a ellos!

TM.- ¿Cómo es tu relación con el público?

VR.- A mí me hizo mucha ilusión el día que me di cuenta que el público era como si fuera mi compañero de escena. Eso me alivió, pensar que están ahí, que les puedo interpelar, les puedo preguntar. Pienso que, en el fondo, es como si estuvieran en el escenario conmigo y bajas, les preguntas y algunos te dan mucho. Es una manera de enganchar al público, si me dirijo a ti, te pregunto, te pongo un parecido, te digo algo, ya te he enganchado y es más difícil que te distraigas. Aunque ha habido actuaciones, en verbenas de pueblo o restaurantes que es imposible, que he tenido que estar todo el rato rondando y rondando, estar preguntando cosas cada tres frases porque se iban. O a lo mejor tú estás aquí y el público está súper lejos, sales y piensas “no me van a hacer ni caso”.

TM.- ¿Un público que se ríe a destiempo o que no reacciona es peor que un móvil sonando en mitad de una función?

VR.- Todo nos viene bien, todo se incorpora.

TM.- ¿Te ves haciendo un drama?

VR.- ¡Ahora mismo! Imagínate qué ganas. Tengo formación de actriz, así que lo estoy deseando. Tengo ganas de ir a ensayar, hacer análisis de texto. Es otra metodología y me encantaría. Sí, me encantaría algo diferente. -Me mira con media sonrisa y bromea- En plan de estos de morirme ochenta veces ¡Quiero hacer cosas en plan actores de Hollywood! Que tienes que prepararte y contar que tuviste que apuntarme tres meses a clases de kickboxing o comer zanahorias a todas horas porque el personaje es vegano… Y luego decir “¡Qué coñazo! Voy a seguir con mis monólogos”. Llegará y lo haré.

TM.- ¿Cuál es tu sueño dorado como actriz?

VR.- Hacer un programa de comedia que rompiera con lo que ya hay, algo más cañero. En teatro me encantaría trabajar con Pablo Messiez, Alfredo Sanzol, José Padilla o Ignaci Vidal. He hablado con dramaturgos y están muy abiertos y cercanos y con posibilidad de trabajar. No llevamos caminos diferentes ¿Por qué no hermanar esto? En cine me encantaría con Raúl Arévalo o Carla Simón. Más que comedia, que fuera súper diferente, que no fuera Virginia, mis rizos… O encontrar nuevos directores que se atrevieran con algo muy diferente y atreverme yo con ellos.

Texto de José Antonio Alba

Escrito por
José Antonio Alba
Artículos relacionados
Comentarios
    ¡Enlace copiado!